Pues que me lanzo al cajero a sacar miserables 100 baros... (¿o el miserable seré yo por no tener más en la cuenta?)
Comienzo el ritual... volteo a todos lados con paranoía para asegurarme que no hay nadie alrededor, saco la tarjeta, la introduzco en la rendija de la puerta, entro al cajero, introduzco la tarjeta en la ranura del cajero y MOCOS... do babes, en vez de ranura había un puto hoyo y yo con cara de pendejo pensando Y AHORA QUE CHINGADOS HAGO... de pronto aparece una manita salvadora con mi tarjeta y yo con cara de pendejo sólo pude decir "Gracias" y me transladé al banco más cercano para poder retirar mis 100 baros.
No pude dejar de pensar en esta imagen que vi el año pasado y que pertenece a una campaña de la agencia de publicidad alemana Scholz & Friends.
Adelante, sigan riendo...
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