miércoles, 11 de marzo de 2009

Con los ojos cerrados

Correr, con los ojos cerrados, evidentemente es una reverenda pendejada... a menos que lo hagas en un ambiente controlado... una caminadora digamos.

La acción pierde toda sorpresa, todo recelo, puedes hacerlo libremente sin temor a caer, a golpearte, pero tambien sabiendo que por más que corras no llegarás a ninguna parte, no conseguirás nada... más que sudar como puerco.

A veces el riesgo medido puede ser liberador... a veces el riesgo medido es una estupidez que valdría mejor ni realizar para no perder tu tiempo.

En un país en el que se corren riesgos día a día sin deberla ni temerla, de pronto el poder controlar el nivel de riesgo resulta reconfortante... ayer corrí y corrí con los ojos cerrados, sin llegar a ningún lado, pero experimentando la idea de que si te puedes mover, sin abrir los ojos y sin miedo a partirte la madre... buena música, buen ritmo y una carrera interminable a ningún lugar... luego una noche de sueño profundo... que tanta falta me hacía.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Run K Run!!!!!

Anónimo dijo...

RUN K BRON jajaja H.