domingo, 1 de marzo de 2009

Autorregulación

Desde hace años el concepto de la anarquía ha sido recurrente en mi mente... la noción de la autorregulación es sumamente atractiva... hasta que te topas con la realidad.

La gente no está lista para poder entender que autorregularse no implica chingarse al de entrente o ver por el bienestar propio a pesar y a costa del otro.

Me pongo a pensar en lo complicado que sería que la banda pudiera entender, comprender y asimilar el poder de no tener a nadie que le dictara por medio de reglas y castigos, la libertad convertida en libertinaje sería el cauce lógico en nuestra sociedad... por decir lo menos.

No separamos la basura porque no hay quien nos castigue o nos impida tirarla sin separarla, si no hay nadie nos pasamos la luz roja, tiramos calle en la basura al fin que alguien la barrera, sobornamos al policía al fin que no pasa nada, aceptamos los sobornos al fin era una falta menor y en toda esta marabunta de pequeñas desiciones destructivas, eliminamos la posibilidad de tener una convivencia inteligente, civilizada, madura y autorregulada.

Somos presas del infantilismo perpetuo de nuestras desiciones e indesiciones.

Si no hay castigo no puedo ver más allá de mi propia satisfacción, necesidad, deseo o como chingados quieran llamarle al impulso que nos lleva a hacer cosas que sabemos que no debemos hacer en beneficio de la mayoría con tal de lograr el beneficio propio.

Me aviento en sentido contrario en una avenidad para no perder 10 minutos dando la vuelta en el lugar correcto.

Me compro una película pirata y me justifico con el hecho de que no tengo dinero suficiente... carajo, quien nos dijo que tenemos el derecho a tener todo lo que queramos y cuando nos dieron permiso de tomarlo por la fuerza?

Soy igual que todos, por eso sigo pensando que la autorregulación es mi utopía favorita, porque en búsqueda de ese ideal de un mundo sin gobiernos ni gobernantes siempre queda la posibilidad de buscar ser una mejor persona que sepa acatar las reglas de convivencia de una mayoría...

nel, nada de prohibir el matrimonio homosexual, eso no genera una mejor convivencia, eso sólo alimenta la moralina asquerosa de la sociedad.

Si, legalicen las drogas, que cada quien se haga responsable de sus vicios y sus consecuencias.

Si, castren a los pinches violadores, pero, en una anarquía no habría violadores porque todos sabríamos que este acto transgrede mis derechos y rebasa los límites de mi persona... tal vez todos procurarían ser mejores para poder conseguir lo que buscan.

Hoy, la realidad de mi país me hace pensar que no estamos preparados para ser libres... necesitamos chicotes que nos hagan entender lo que es bueno y lo que es malo.

Es una mamada que la gran mayoría sea tan incapaz de ver más allá de si mismos.

Anarquía... gran sueño que en la realidad se convertiría en una pesadilla.

1 comentario:

Pesadilla dijo...

Pues no sé, siempre me ha gustado pensar que la anarquía es un bonito sueño que nos contagió Bakunin y que funcionaría, si le dieramos reset a las sociedades.

Pero quizá el problema no esté en la sociedad, si no en el individuo per se; no es que sea bueno, o malo, pero así como los zopilotes comen sobras echadas a perder y los alacranes pican porque es su instinto, tengo la impresión de que la raza humana, como especie, lleva en sí características hedonistas y egoístas desde el nacimiento, además de necesitar protección por parte de cualquiera que notemos superior... así que sí, la anarquía es un bonito sueño de Bakunin, regado en esporas terribles de anhelo por el muno