de pronto te das cuenta que tienes que regresar al mundo real... al trabajo, a la rutina, al tráfico, a los problemas, a los encuentros, a los desencuentros.
Todavía tienes serpentina en una oreja y media chela en una mano cuando de pronto se acaba la magía de las fiestas... ya no hay regalos, ya no hay sorpresas, sólo queda recuperarse paulatinamente para arrancar el nuevo año de forma decorosa... o aparentarlo.
Ayer finalmente me venció el cansancio físico/emocional y a pesar de querer hacer algo más tuve que dormir.
Ayer fuí silencio, ayer fuí fantasía, ayer fuí un escape fallido de la realidad.
Hoy soy realidad.
Esperen tengo que sacar el confetti de las bolsas... tengo que dormir más este año.
¿Que tal su propio recuento de los daños? Supongo que no soy el único con resaca de estas fiestas que siempre disfruto/padezco con intensidad.
Saludos.
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