comienza cuando nuestras bocas se separan... un fino hilo de saliva se aferra a los labios. No puedes verlo, tus ojos están cerrados. Mi mirada se pierde en ese efímero vínculo húmedo que me pide que no te deje, que me quede a tu lado, que intentemos ahogar los gritos, las peleas y el hastío con otro beso.
El hilo se rompe, no lo acompaña ningún sonido dramático, sólo un silencio que captura el inminente vacio entre nuestros labios, cuerpos, ideas y sueños.
Abres los ojos y puedo ver en tu semblante lo que yo mismo siento.
(Esto fue una mala idea. )
No pensamos en errores, porque nunca los cometimos, cada risa, cada ataque, cada grito, cada ofensa fue intencional; un lúdico y calculado andar que nos llevó a la destrucción.
(Esto fue una mala idea.)
Cierras tus ojos y en tus labios entreabiertos se materializa el abismo en el que nunca dejaré de arrojarme cautivo, cautivado por la caída.
(Esto es una mala idea.)
Te beso. Despierto. Abro los ojos y me doy cuenta de que hoy como ayer, sigo cayendo sin llegar al fondo de aquel último beso.
sábado, 24 de mayo de 2008
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1 comentario:
Esa es la actitud! menos viaje mas real mas profundo chingón ! me gustó.H
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