lunes, 1 de septiembre de 2008

¡Pura vida!

El mayor placer de cualquier viaje que no es de placer es la comida... un restaurante de moda en una ciudad extraña, un puesto perdido en las afueras de la ciudad, un local pequeño en donde come la gente local y que se ha escapado del radar de los turistas.

Si, definitivamente la comida es el mayor placer que podemos encontrar en tierras ajenas y lejanas.

Con los ticos es imprecindible correr a comprar café (no es anuncio pero el Britt es la neta) y a echarse un par de cervezas Imperial bien frías.

El penetrante olor del café aunado al refrescante sabor de la cebada... excelente combinación.

En fin, seguiré buscando placeres culinarios en estas tierras en algún rato libre.

Saludos desde esta tierra que en estas épocas se encuentra sumida en la lluvia y la humedad...

¡Pura vida!